miércoles, 24 de julio de 2013

De macizos y beodos

Ayer cuando publiqué la entrada sobre el viaje de Sydney, un amigo me comentaba "me gusta más cuando te cabrean y nos lo cuentas", pues ea! va por ti Miguel, os voy a contar dos cosillas que me han puesto de muy buen humor.

Como la mayoría ya sabéis, mis dos niñas tienen hipermetropía, de ahí las gafas Fashion que lucen. Debido a esto, toca hacerles revisión a todos sus hermanos, por si acaso y ahora, que ya es capaz de no volver loco al oculista, le tocaba el turno a J.

Por nuestra condición de inmigrantes no tenemos derecho a Seguridad Social y tenemos un seguro privado de salud, que luego nos reembolsa parte de lo que nos gastamos, una mierda para ser exactos. Inocentemente, pensé, que cómo en España, yo podía buscar al oftalmólogo que me diese la gana, llamarle, pedir cita y listo, pero no amigos. Con la mafia aussie-médica hemos topado.

Si quieres visitar un especialista, tanto la primera vez como para revisiones, tienes que ir primero a un General Practitioner (médico de familia) que te haga un volante con el que puedas ir al especialista, pero ojo, no a cualquiera, sólo al que te pongan en el volante. Pues nada, allá que nos vamos con J a la doctora de cabecera, que nos hace, tras el módico precio de 50$ por la consulta, un volante para un oftalmólogo muy estupendo especialista en niños y que nos va a cobrar sólo por saludar, la cantidad de 300$, luego si eso ya veremos si es más.

El día de la consulta en cuestión, conseguimos alinear los planetas con la ayuda de los abuelos que pasaban aquí su último día, de forma que el abuelo llevaba a los tres mayores al cole, el pequeño se quedaba con la abuela y papá y yo nos ibamos con J a la cita, que era en la otra punta de la ciudad a las 9 de la mañana.

Pues ale, papá pide permiso en el trabajo para acompañarnos, dado que mi nivel de inglés no da para tecnicismos médicos y empezamos la odisea. Como no, para darle animación a la mañana, llueve, llueve mucho y el trafico de Brisbane con lluvia es para tirarse de los pelos, pues en general y ahora así, entre nosotros, que no nos leen, son muuuuuuuy garrulillos conduciendo.
Para darle más emoción al asunto el GPS decide volverse loco y cuando ya estábamos en la calle a la que íbamos nos damos cuenta que vamos por el número 1150 e íbamos al 708 y los números siguen creciendo. Hay ya empiezan las discusiones típicas de Jose Luis Moreno, de que lo has puesto mal, que no que te calles que me pones mu nerviosa...vamos lo normal cuando suelo conducir yo. 

Al final el GPS se puso cabezón y no hubo manera de que nos llevase a destino así que, a tomar por saco, lo apagamos y nos conectamos al GPS del móvil, mientras D llamaba a la consulta para decir que llegábamos 5 minutos tarde, pero que llegábamos, que no cundiese el pánico, ya que cosa muy graciosa si nosotros no íbamos a la cita a la hora señalada o la cancelábamos, teníamos que pagar 50$ en concepto de cancelación.

Finalmente llegamos a la "Clínica del ojo de a tomar vientos" sólo con 5 minutillos de retraso y sin habernos pegado todavía. Dimos nuestros datos y nos dispusimos a esperar nuestro turno en la sala de espera. Hay que decir, que por una vez y sin que sirva de precedente, J estuvo de lo más entretenido con unos juguetes que había, pinturas y una gran pecera.

El tiempo pasaba y no nos llamaban...15 minutos, 25, 35...45 minutos después vino una enfermera y empezó a contarnos algo en inglés, que yo al principio no entendí, pero que a medida que iba atando cabos me iba haciendo enfurecerme por momentos.

La señora en cuestión nos estaba diciendo que el médico no iba a venir, porque acababa de llamar que se había puesto malo.

Al ver mi cara de cabreo decidió contárselo a D, que asentía educadamente, mientras yo por mi parte le preguntaba en español al mismo tiempo, Qué no va a venir? Nos está diciendo esta paisana que no nos atienden? La mato!!!

D me mandaba callar por lo bajini para poder enterarse bien de la historia, mientras yo trataba de hacerle preguntas a la buena mujer, pero como estaba tan cabreada sólo balbuceaba frases inconexas en spanglis que no tenían ningún sentido...a D le daba la risa de oírme lo que me cabreaba todavía más, así que me limité a mirarla con cara enfurecida y a despotricar en español rezando para que en sus tiempos mozos hubiese sido mochilera y se hubiese pasado un verano en Mallorca y pudiese entender parte de los tacos que yo iba soltando.

Yo tengo mi propia teoría del asunto y es la siguiente (llamadme peliculera si queréis, pero no suelo equivocarme):

Si tu tienes que pasar consulta a las 8 de la mañana, te levantas como muy tarde a las 7 y en ese momento es cuando piensas "joder que malo estoy, así no puedo ir a trabajar" y llamas a la oficina para comunicarlo y que cancelen tus citas...si te has despertado a las 9:45 y es en ese momento cuando llamas, tu no estás malo, peazo de cabrón, tu lo que tienes es aún una curda que ves a Ghandi.

Y llamadme exagerada y mal pensada, peeeeeero casualidades de la vida la noche anterior hubo un importantísimo partido de rugby entre Queensland (que somos nosotros) y New South Wales (que es el estado de Sydney). Dicho partido, es un Derby súper reñido que se celebra una vez al año y que mueve muchísima afición, y más casualidades de la vida lo gano Queensland, por lo que me juego la mano derecha y no la pierdo a que el desgraciado del oculista lo estuvo celebrando con los amigotes y esa mañana no se podía levantar de la cama del resacón que llevaba, como Mecano vamos.

Al final, dado que no nos podía atender otro médico, pues el especialista en niños era sólo el borrachín y todo el mundo sabe que los ojos de los niños son iguales que los de adulto pero más pequeños y eso entraña una tremenda dificultad, tenemos cita con otra el martes que viene, cita a la que mandaré sólo a papá con el pollo, dado que ya no tenemos canguros y la doctora es china, que son su especialidad.

Por otro lado y sin que tenga nada que ver con lo anterior, hará cosa de tres meses, en un arranque de optimismo de esos que me dan a mi a veces, decidí apuntarme a un gimnasio cerca de casa, con la vana esperanza de poder ir, o bien por las noches o bien los días que J tiene Kindy, ya que el gimnasio contaba con un servicio de guardería de una hora para poder dejar a E.

La verdad es que en este tiempo habré ido como mucho 6 veces, por un lado porque por la noche me da una pereza que me muero irme a NADA que no sea a dormir y porque E llora como si lo matasen. No le gusta nada quedarse en la guarde y lo pasa fatal.

Ante este panorama, hoy decidí que era el momento de darme de baja y dejar de pagar a lo tonto, esperando que en mi otra vida pueda volver a apuntarme.

Como J hoy tenía kindy me he ido con E, que el pobre ha empezado a llorar temiéndose lo peor según hemos llegado al parking. Ya le he convencido, de que no se iba a quedar, y con él agarrado como un koala, hemos entrado a la recepción. 

Nos ha atendido la señora que está habitualmente, a la que he tratado de explicarle que me quería dar de baja, pero lo he debido decir muy raro porque no me entendía (o no me quería entender).
Una vez que ya se ha enterado ha empezado a decirme frases muy agudas e inteligentes al respecto tipo " that is not good" ...si otra cosa no me dices, maja, pues claro que no es good, no te jode, si fuese good pues vendría todos los días a darme masajes y un baño turco pero como no es good, pues eso, que me des de baja, leches.

El caso es que ya le ha saltado la famosa alarma que tiene cualquier servicio que contratas, que es la de "esta quiere darse de baja, horrorrrrrrrrr" y me ha mandado pasar a una salita a esperar a no se qué.

Pasados 5 minutillos, he entendido claramente el por qué de mi espera: me ha mandado al buenorro anti bajas.

Casi me ahogo de la risa, acordándome de un capítulo de "Friends" en el que los chicos no se podían dar de baja del gimnasio porque siempre les salía un pibón y les liaba...pero yo soy una madre curtida en mil batallas acostumbrada a negociar a diario hasta el color de las bragas de mis nenas, así que un macizo en mayas no me iba a sobornar.

La verdad es que el muchacho estaba de muy buen ver e iba tan prieto que se le veían hasta las intenciones, pero entre los tatuajes que me dan mucho asquito y  que yo tenía claro cual era mi objetivo, hemos empezado las negociaciones:

- pero, qué pasa es que no te diviertes con nosotros? acaso no te hemos tratado bien?...quizá podríamos mirar un plan de ejercicios personalizados más ajustado a tus gustos...

_ Si, sois todos muy majos y estupendos, pero es que resulta que yo tengo 5 hijos y no tengo tiempo ni para peinarme y claro, la realidad es que al final no vengo ni una semana, por lo que estar pagando una cuota para no venir, pues no me convence, así que si no te importa, dadme de baja.

_ Claro, pero es que es una pena, porque si a ti te gustaba venir, que lástima, no? No quieres pensártelo mejor?

_ Pues mira, no, porque resulta que E llora desconsoladamente cada vez que le dejo y la verdad, es que así no me compensa, salvo que tengáis un servicio de canguros a domicilio...:-)

_ Ya, pues no...bueno claro, es que 5 son muchos...vale, pues te traigo los papeles de baja entonces.

Como veis después de un ratillo ya se ha dado cuenta de que era un caso perdido y me ha dado de baja.

Ni que decir tiene que cuando se lo he contado a D, me ha dicho que la semana que viene se va a acercar a ver si le sacan a la "buenorra contrata el gimnasio" y ya si eso, a la siguiente semana  se da de baja...

martes, 23 de julio de 2013

P.Sherman, Calle Wallabi 42, Sydney





Aprovechando dos semanas de vacaciones de los peques y la visita de los abuelos, nos hemos liado la manta a la cabeza y nos hemos ido a conocer Sydney, la primera semana de Julio.

Como ya sabéis viajar y hacer turismo con cinco peques resulta siempre algo complicado así que hemos tenido que adaptarnos un poco a sus intereses, pero ha resultado un viaje precioso y se han portado fenomenal.

Dado que éramos 9 y encontrar acomodo en un hotel iba a ser carísimo y super incómodo alquilamos una gran casa en la bahía de Mosman para toda la semana. Es un barrio residencial, como a unos 20 minutos en coche del centro, lleno de casas preciosas y con una playa súper bonita a la que podíamos ir andando. Aunque ahora aquí es pleno invierno y en Sydney hace un poquito más de frío que en Brisbane, los peques no desaprovecharon la ocasión de jugar un ratín en la arena y meter un poco los pies en el agua mientras yo no miraba.


Bahía de Mosman



Los peques con el abuelo y papá corriendo por la playa
Mi pequeña tomando el solecito

El primer día subimos a la Sydney Tower a ver las espectaculares vistas de la ciudad al atardecer y dimos un paseo por la city, bastante parecido al centro de Madrid. Muchos rascacielos y grandes edificios de oficinas y tiendas de las grandes marcas comerciales (vi un Zara después de tantos meses y casi se me saltaban las lágrimas) con parques de gran vegetación, como se estila aquí, ya que con este clima les crecen las plantas (y los bichos claro) que da gusto.


En Hyde Park
El Segundo día fuimos al consulado español en Sydney (que por cierto es una oficinilla enana y cutronga) a renovar los pasaportes de los tres pequeños ya que les caducaban en breve y en Brisbane no hay consulado. Una vez hecha la gestión, nos fuimos andando desde el centro a ver La Ópera y el Harbour Bridge y nos dimos un maravilloso paseo en ferry por la bahía aprovechando el fantástico día de sol.


En el ferry con la opera de fondo


Vistas de la ciudad con las dos monas posando tan naturales.

Aunque en experiencias anteriores juramos que jamás nos volveríamos a subir en un barco con los niños hasta que el más pequeño no cumpliese los 36, he de decir que esta vez se portaron genial y ninguno se trato de tirar por la borda... es muy posible también, que influyera el hecho de que el pequeño terremoto hiciera todo el viaje completamente frito.



La zona del muelle desde el que salían los ferries estaba atestada de turistas y de gente y había mucha animación y un montón de restaurantes y atracciones. Es un paseo precioso bordeando el mar desde el Harbour Bridge hasta la Ópera.


Papá y los pollitos con el puente al fondo.

Había una excursión en la que te ponían unos arneses y te subías por el arco del puente, pero ante el enfado de papá decidí que ya la haríamos dentro de 30 o 40 años, sin prisa.

La Ópera es uno de esos sitios, que pese a haberlo visto una y mil veces por la tele o en películas, no decepciona. No solo está en una punta de la bahía en un entorno mágico si no que es una edificación impresionante. Vista de cerca la cubierta está hecha de baldosines de distintos tonos de blanco que cambian con la luz del sol y es espectacular. Además es uno de los pilares de la vida cultural de Sydney y presenta durante todo el año un envidiable programa de actividades. Nos conformamos con verla por fuera pero también hacen visitas guiadas por su interior.
Da gusto decirle a esta niña que pose


La Ópera vista desde la otra orilla de la Bahía






Al día siguiente pasamos el día en Darling Harbour. Es otro muelle bastante cercano al centro de la ciudad pensado para ir con niños y no aburrirse ya que engloba, el Acuario, un mini zoo de animales salvajes, el museo marítimo, el museo de ciencias Powerhouse, el jardín Chino de la amistad y un montón de tiendas y restaurantes.


Darling Harbour


Dado que no nos iba a dar tiempo a ver todo, D muy cortésmente declinó la visita al jardín chino por sus mismísimos y empezamos por el acuario.

El acuario, como todos los sitios con bichillos estuvo entretenido para los peques que con cualquier cosilla flipan colorines pero en honor a la verdad hay que decir que es una caca y no merece para nada la pena lo que cuesta la entrada. Comparado con el oceanográfico de Valencia, es un chiringuito chungarreta (eso si, seguramente aquí no prevaricó nadie para construirlo jijiji) pero los niños disfrutaron mucho viendo a Nemo y Dori, autóctonos de estas tierras y tocando estrellas de mar.


Atención a las caras de los bichillos ...imposible que salgan en una foto sin hacer el canelo.

Luego le tocó el turno al museo de la Marina. Está compuesto por un museo propiamente dicho y tres barcos anclados en el muelle: una replica del barco con el que llegó a tierras australianas el capitan Cook, un barco de guerra y un submarino.
Dado que son barcos reales y no están especialmente pensados para niños, sólo pudieron pasar el abuelo y papá con los mayores. Los demás nos quedamos en tierra. La visita les gusto mucho pero no tenemos fotos porque si se paraban a sacar la cámara J se tiraba por la borda, así que hubo que elegir :-).





Al día siguiente fuimos al Australian Museum y Barracks.

El Australian Museum es básicamente un museo de Ciencias Naturales y algo de historia aborigen (=aburriden), así que nos inflamos a ver bichillos autóctonos de todos los tamaños y colores, y lo que es peor, de los que cualquier día te puedes encontrar en tu jardín.



Barracks, es una edificación de las más antiguas de Sydney, convertida en museo y que en su día era una cárcel donde se daba alojamiento a los primeros presos que vinieron al país condenados a trabajos forzados. Muy interesante ver un poco de los orígenes de este gran país.


Papá contándoles la historia a los atentos pollitos


El último día ante el agotamiento general de la tropa decidimos coger un autobús turístico de esos descubierto que te dan una vuelta por la ciudad y alrededores, con lo que vimos alguna cosilla que se nos había quedado atrás. De las pocas cosas que no estaba mal, en relación calidad precio.

Momento mágico de quietud en la parada del autobús

En nuestra última tarde de turismo, fuimos al museo Powerhouse.
Situado en una antigua central eléctrica, este resultó ser el museo ideal para niños inquietos y padres friki-ingenieros.
Es un museo de ciencias, tecnología, ingeniería y experimentación, pensado para que los niños toquen y prueben, así que estuvieron de lo más entretenidos.

En la mesa de los videojuegos clásicos (vamos de mi época) donde podíamos haber pasado el día.

Construyendo una molécula. Súper profesionales

En el parque interactivo

J, desmayado de la emoción al ver un cohete espacial al natural

Como todos los viajes con los peques, ha sido cansado, pero nos ha gustado un montón. Es una ciudad preciosa, digna de ver y ha merecido la pena. Esperamos seguir aprovechando nuestra estancia por estos lares, para conocer destinos por esta zona. Próximo objetivo, Nueva Zelanda.


jueves, 23 de mayo de 2013

Con un pan debajo del brazo

Al igual que me pasó con las galletas, llevo 8 meses dale que te pego, haciendo pan casi a diario y creo que ya tengo dominada la técnica, así que lo comparto para que os pongáis manos a la masa.

INGREDIENTES

- 500 gr. De Harina ( normal, integral, mitad y mitad como queráis)
- 300 ml. De agua templada
- I sobre de levadura seca de panadería (7gr). Podéis hacerlo también con levadura fresca como la  
   que venden en Mercadona, pero es que aquí no la encuentro.
- Una cucharadita y media de sal
- Dos cucharadas de aceite de oliva

Se ponen juntos todos los ingredientes secos y se mezclan bien en un bol.
A continuación se añade el agua poco a poco mientras se amasa y el aceite.
Tiene que quedar una masa compacta y un poco pegajosa.

Al principio de llegar, como no tenía la máquina lo amasaba a mano y eran unos 10 minutos amasando, hasta que la masa esté elástica.
Ahora lo hago con la kitchenaid y mucho más cómodo ( tengo la masa con el gancho amasador unos 7 minutos velocidad 3) 

Dependiendo de como absorba la harina el líquido necesitareis echar un poquito más de harina para que no quede muy pegajosa y se pueda trabajar bien.

Tras el amasado hacemos una bola con la masa y la dejamos levar en un bol tapada con un trapo húmedo durante una hora.

Pasado esté tiempo, amasamos un poquito más para quitarle el aire que ha cogido la masa y ya se puede dar la forma que queramos que tenga nuestro pan y ponerlo a reposar en la bandeja del horno.

Yo suelo dividir la masa en dos trozos iguales y hacerlo en forma de barritas, dandole unos cortes con un cuchillo afilado y espolvoreando con un poco de harina para conseguir un aspecto más rústico.

Como hogaza también queda bien, pero en barra se hornea mejor.

Hay que precalentar el horno a 230 grados y esperar a que esté caliente.
Una vez alcanzada la temperatura, meto en el horno, en la parte de abajo tres o cuatro cubitos de hielo para que hagan vapor y la corteza del pan quede más crujiente.

Metemos el pan y lo horneamos unos 15/20 minutos hasta que lo veáis doradito.
Sacamos, lo dejamos enfriar en una rejilla y listo.


Espero q os guste.


domingo, 19 de mayo de 2013

Feliz cumpleaños

No me regañéis, que ya lo se, que os tengo muy abandonados y que debería escribir más a menudo, pero la culpa no es mía es del difunto Steve Jobs y sus sucesores que aún no han hecho una buena aplicación para blogs desde el ipad y me obligan a sentarme al ordenador, cosa que en mi caso es tan complicada como sentarme en un spa a disfrutar de las burbujas.

En vista de ello, cómo hoy lo he conseguido y no se cuando se volverá a repetir este suceso tan alucinante, voy a aprovechar y contaros de golpe los dos últimos cumpleaños, de N y G, que se me acumula el trabajo.

N, cumplió 8 añitos en marzo. Como era día de cole, le pregunté (craso error, es que no escarmiento) que quería que llevásemos para compartir con sus amiguitos y me hizo hornear unas 85 galletas, para que pudiesen ponerse tibios. Ni que decir tiene que no sobró ni una ;-)

Mi querubín el día de su cumple
Tras el día de colé lo celebramos en casa  con los consabidos llantos por ver quien se come la chocolatina de la tarta y por soplar algún espontáneo las velas ajenas y dejamos la celebración con los amigos para el fin de semana.



El peque decidió no invitar chicas porque son un rollo ( ains como va a cambiar este discurso en muy poco tiempo) y eligió a los más amigos, más súper amiguísimos de la muerte que resultaron ser 13.
Como la perspectiva de tener en casa metidos a 18 niños con alto nivel glucémico me aterrorizaba decidimos que la primera parte del cumple la pasaríamos en el parque cercano a casa jugando al football y que luego volveríamos al jardín a merendar y cada uno para su casa.

Como soy una profesional de lo cuqui, compré unas telitas monísimas con estrellas azulitas unas y estrellas rojitas otras para hacerles brazaletes y distinguir a los equipos. A mi hijo no le parecieron demasiado masculinas y optaron por ponérselas en la frente en plan Rambo para compensar.

Nos fuimos con toda la tropa, disfrazada de ninjas para el parque y conseguimos recorrer los 500 metros que nos separan de casa sin perder a ninguno. Una vez allí, se oyó alguna voz que decía "Oye, que juegue tu padre que es español y seguro que es bueno" pero ya se encargó N muy amablemente de aclarar que su padre es un manta y que mejor no. Ten hijos para esto.

Bajo un sol de justicia estuvieron un buen rato entretenidos dale que te pego al balón hasta que por miedo a que se nos deshidratasen nos los llevamos a casa a merendar.

Cuando llegamos como venían asfixiados, no me dio tiempo ni a decir pío y ya habían saltado la valla de la piscina y se estaban metiendo unos con ropa y otros en pelotas. Casi me da un síncope, ya que pese a que todos ya sabían nadar este no era el plan inicial y yo no lo había comentado con sus madres.
Empecé a pensar que seguramente a más de una tener a sus vástagos por allí en plan concurso de camisetas mojadas no les iba a hacer ninguna gracia y me puse a repartir bañadores de N como una loca pero la mayoría estaban demasiado entretenidos ahogando a un compañero como para hacerme caso.
Fue un ratito muy divertido para ellos y muy estresante para mi que me atrincheré en el bordillo de la piscina contando niños todo el rato para evitar que se me despistase alguno para el fondo.

Conseguí mantenerlos a flote y poco a poco se fueron saliendo a dar cuenta de los bocadillos de jamón serrano con pan casero que les habíamos preparado. Una inmersión en la cultura española, así a lo bestia, con lo más rico y si, les encantaron.

No tengo fotos aptas para poneros porque sólo conseguí que se vistiesen la mitad :-S.

En resumen, los devolvimos sanos y salvos tras la crazy party a sus familias y no recordaban habérselo pasado tan bien en mucho tiempo. Estos de mayores van a Mallorca fijo.

En mayo ha sido el cumpleaños de G, 5 añitos mi princesa pequeña.

Al igual que su hermano el día del cumple lo celebramos en familia y el fin de semana con las amigas del cole.

Está feo que yo lo diga pero no se puede ser más bonita

Atención a la tarta; no se puede ser mas cursi
El pollito pequeño, quería una fiesta sólo de niñas y a poder ser rosa y con puntillas, así que le organice lo que hemos bautizado como "cumpleaños cuqui".

Invitamos a todas las amiguitas de la clase que no son muchas y finalmente fueron 7.

La idea era decorar unos marquitos de fotos y hacer unas pulseras y collares y después tomar la merienda.




Nada que ver con los cafres de los chicos, estuvieron súper tranquilas decorando sus cositas y encantadas con sus pegatinas. Ahí lo dejo, como reflexión para los que dirigen el mundo. Nosotras siempre tan sensatas jijiji.


Como lo prometido es deuda fue todo muy cuqui, hasta la tarta




Las niñas a veces me miraban un poco rarito pero más o menos conseguí hacerme entender y tuve a la mejor ayudante del mundo, mi otra pequeña. Fue la anfitriona perfecta, las indicó como hacer las manualidades, las disfrazó de una mezcla entre princesas y porno-star y las tuvo entretenidísimas con sus juegos inventados y sus canciones sin fin.



domingo, 31 de marzo de 2013

Vuelve el Rugby


Se que últimamente no me prodigo tanto como os gustaría pero entre las actividades extraescolares, los deberes y los quehaceres domésticos, no me da la vida para mas...sorry.


Llevo un tiempo con ganas de contaros como ha sido la vuelta al Rugby de mis cachorrillos.



El Rugby es sobre todo actitud :-)
Ha sido uno de los retornos mas esperados ya que terminamos la temporada en Madrid en Junio de 2012, pasó el verano y cuando empezaba de nuevo el curso, nos vinimos pensando que aquí encontraríamos Rugby por doquier y para nuestra decepción, llegamos justo al final de la temporada de Rugby y comienzo de la época de Criquet, ese deporte tan Aussie que no hay Dios quien entienda. Por tanto, hemos estado desde Septiembre de sequía y ¡por fin! en Febrero ha empezado de nuevo el Rugby aquí.

A la hora de buscar un club no teníamos ni idea de por cual decantarnos. Al final, tras mucho cavilar, la elección estuvo entre dos; uno mas cercano a casa y muy grande y otro más lejos y más pequeño. Como ya sabéis que nos encanta complicarnos la vida, elegimos el más alejado, claro está, Los Osos , esperando que hubiese un trato mas personalizado y un mejor ambiente.



Los campos del club


Pese a ser un club no muy grande, en las categorías de I y N tendrá unos 130 niños, 5 equipos en la de I (Under 7) y 6 en la de N (Under 8). Además G y J también forman parte de lo que ellos llaman "the cubs" (los cachorros) y tienen sus juegos mientras sus hermanos entrenan.


La verdad, es que está todo perfectamente organizado, eso si el club obliga a los padres a involucrarse a tope. Cada equipo (10-12 niños) necesita un delegado, un juez de touch para ayudar en los partidos y dos ayudantes para los entrenamientos, todos elegidos entre los padres. Igual que a lo que estábamos acostumbrados, jajaja.


Los entrenamientos son los Viernes y los partidos los Sábados por la mañana, en horario Aussie, lo que supone algún Sábado tener que salir de casa a las 7:00 de la mañana. La muerte para un español.


Es curioso, la de diferencias que encontramos entre el Rugby aquí y nuestro querido Rugby en España. Unas para mejor y otras para peor, pero estamos aprendiendo mucho de cara a nuestra vuelta.


La primera, que es una mera curiosidad, pero que me hizo acordarme mucho de Pato, que siempre lo dice en Indus, es que ningún niño juega si al menos, su padre o madre no son socios del club en cuestión. Por tanto se paga la ficha, por jugar y la cuota de socio. Estos australianos no dan puntada sin hilo. Evidentemente los clubs tienen también sus patrocinadores, pero así se aseguran unas finanzas mas saneadas.


Otra cosa que nos ha gustado mucho y que estamos deseando exportar, es la Barbacoa post entrenamiento. El club tiene sus campos y aparte una sede social (una pequeña construcción) donde montan una cantina y una barbacoa tras los entrenamientos y partidos. Básicamente consiste en salchichas y hamburguesas a precios populares, por lo que los Viernes ya te llevas a los niños cenados a casa. A mi me encanta la idea y es otra fuente de financiación. De la barbacoa se encargan los padres de cada equipo por escrupuloso orden de rotación. No se yo si esto lo íbamos a conseguir en Madrid...


Los primeros entrenamientos, los niños jugaron todos juntos con los de su categoría y más tarde, los dividieron por equipos.

En el equipo son unos 12 y en el entrenamiento esta el entrenador principal y unos 2 o 3 padres mas echando una mano.

Hasta la categoría de N, no empiezan a placar de verdad, si no que juegan a "touch rugby" lo que tiene ventajas e inconvenientes:


Ventajas; los niños aprenden a pasar y a soltar el balón rápidamente, tienen el juego a la mano muy interiorizado y hacen unos quiebros fantásticos.


Inconvenientes; ahora a los 8 en cuanto les empujan un poquito sueltan el balón, no pelean, por lo que N se puso morao a rapiñar pelotas jajaja


I tiene una entrenadora y un entrenador, pero para nuestra infinita sorpresa es la ÚNICA niña del club. El Rugby no es un deporte para niñas aquí. Ella es muy cojonuda y eso no le arredra, así que esta luchando como una leona contra unos compañeros que la miran como si se hubiese metido un ornitorrinco en el campo.

Es realmente alucinante verles las caras de estupefacción cuando el entrenador les dice que le pasen la pelota. Debe de ser una cosa muy clara aquí lo de que las niñas no juegan para que niños de 6/7 años lo vean tan mal. Muy triste.

Al finalizar el entrenamiento el otro día, I mantuvo la siguiente conversación con una niña en el parque (por supuesto en inglés, olé sus ovarios):


Niña impertinente: Tu no tienes que jugar al Rugby, por que no es un deporte de niñas!!

I: Si, si lo es! Es un deporte de niñas, de niñas fuertes como yo y tu lo que eres es una gorda!!

Yo de mayor quiero ser como ella.


Tras un par de días de entrenamientos, el fin de semana pasado jugaron ambos su primer partido. Ahora activo el modo "madre de la Pantoja":


I jugaba contra otro equipo del club. Juegan como en España en equipos de 7 jugadores, dos tiempos de 15 minutos y un campo el doble de grande ¡Enorme, lo veía yo para mi pulguilla!



Ahí tenemos a mi niña en pleno partido


A medida que avanzaba el partido D y yo nos ibamos poniendo de más mala leche porque sus compañeros ignoraban a I de forma flagrante y los entrenadores tampoco hacían mucho por remediar esta situación. Pensamos que era una lástima porque I iba a acabar desistiendo y no queriendo jugar...que equivocados estábamos... como esta niña nuestra no deja de sorprendernos, cuando ya le tocaron mucho la moral, se fue a medio partido a su entrenador le dijo que qué pasaba con ella, que quería la pelota y que les dijese a los otros que la pasaran que ella era más rápida.


Mano de Santo. En la primera jugada, ella sacaba el balón y haaaartaaaa de que no le pasasen se sacó a si misma y corrió con la pelota para estupefacción de sus compañeros. El resto del partido luchó como una leona y tapó algunas bocas aún abiertas de conmoción en la banda, que aún así, cada vez que ella cogía el oval se reían con cierta condescendencia. Me temo que vamos a tener que darles en los morros otro poquitín lo que queda de temporada, porque ella no piensa desistir ¡esa es mi chica!... de premio por el pedazo de partido mañanero, por la tarde me fui con ella a ver a los Reds.


N y D se subieron a las gradas de arriba a ver el partido y nos cedieron sus asientos de abono en la linea de 22 a unos 15 metros del campo. Cómo se cuidan nuestros chicos!!. Lo vimos fenomenal y estuvimos en un partido reñidísimo, en el que ganaron  los Reds contra los Bulls de Sudáfrica.



En el Suncorp Stadium


N jugaba contra otro equipo de la zona, los West. Que decir de N, bueno pues que "el españolito" viene muy bien enseñado de casa y que en su primer partido metió 5 ensayos.

Los Aussies son muy competitivos en general, es algo que se fomenta en el colegio desde muy chiquititos y cuando llegamos al club nos acogieron con educación y su característica sequedad, pero desde que han visto jugar a nuestro pollo se deshacen en halagos. Están como si les hubiese tocado la lotería.

Por su parte N lo pasó pipa, porque jugaba frente a niños que se colocaban fenomenal y movían muy bien el balón pero que no están todavía acostumbrados a la lucha en el barro, por lo que no recibió mucha estopa como era habitual en Indus y salió muy bien peinado, cosa muy importante si eres ala :-).



Nuestro Oso 
N a la derecha de la imagen

Parece que la temporada promete y vamos a ver mucho Rugby, cosa que estábamos deseando, así que ya os iré contando lo mucho que van aprendiendo.

jueves, 28 de febrero de 2013

Las mejores galletas del mundo mundial

No os asustéis que esto no se va a convertir en un blog de cocina, pero tras muuuuuuuuchos intentos creo que he dado con la receta perfecta de "cookies" y me parece que estas cosas, hay que compartirlas.
Aquí hacemos galletas casi a diario y tras 5 meses dale que te pego, hemos alcanzado casi la perfección. ¿Os acordais del capitulo de " Friends" en el que Monica hornea y hornea buscando la receta de la abuela de Phobe? ...pues así he estado ya hasta que me he quedado con esta:

Galletas de chocolate que te mueres de buenas

INGREDIENTES

200 gr de mantequilla ( blandita, o bien la sacas de la nevera con antelación o la ablandas en el microondas)
200 gr de azucar moreno
360 gr de harina normal
2 Huevos
2 cucharaditas de café de levadura
2 cucharas de esencia de vainilla
1 cucharadita de postre de canela
1 pellizco de sal
1 paquete de "melts" de chocolate, o en su defecto gotitas de chocolate o una tableta de chocolate con leche normal hecha trocitos.

Precalentad el horno a 180 grados.

Mientras calienta, batid la mantequilla y el azucar. Yo lo hago con la kitchenaid pero antes lo hacía a mano con barillas y también quedan estupendas.

Una vez que se haya hecho una cremita con la mantequilla y el azucar, añadir los huevos de uno en uno, batiendo bien antes de añadir el siguiente.

Añadir a continuación la vainilla, la sal, la levadura y la canela y batid.

Añadir poco a poco toda la harina, batid y por último el chocolate.

Queda una masa pegajosita y un poco difícil de trabajar, por lo que es mejor ponerla en una bolsa de plástico de las de congelar y meterla en la nevera al menos una hora. De hecho cuanto más reposa la masa, más buenas están por lo que si la dejáis un día e incluso dos estarán estupendas.

Haced bolitas del tamaño de albondigas de Ikea y ponerlas en la bandeja del horno, sobre una lámina de silicona o papel de hornear, separadas unos 3/4 cm.

Hornear 15 minutos o hasta que los bordes de las galletas empiecen a dorarse. Es muy importante no exceder el tiempo de horneado porque si no quedarán demasiado duras.

Cuando las saqueis del horno, dejarlas reposar en la bandeja un par de minutos y luego con ayuda de una espatula ( estarán blanditas) pasadlas a enfriar a una rejilla.

La consistencia una vez que enfrían es media, ni duras ni bizcocho.

Espero que las probeís, os limpies las migas del escote y vengais corriendo aqui a decirme cuanto os han gustado :-))


domingo, 24 de febrero de 2013

El día del Fan y otras fiestas

El fin de semana pasado estuvimos en nuestro primer día del Fan.
El equipo de Rugby Union de la ciudad, Los Reds, organizaba un día de puertas abiertas para todos los aficionados y allá que nos fuimos con la tropa.

Los"rojos" ataviados para la ocasión

En el antiguo campo de Los Reds, ahora sede del club, había un montón de actividades para toda la familia .
El equipo al completo estaba allí, a pie de campo y completamente accesibles. Los niños , especialmente N, estaban alucinados ya que a muchos de ellos les conocen de verles por la tele en los partidos de Super Rugby.
La entrada era gratuita y como principales actividades había:

- Una mesa con la mitad de la plantilla firmando autografos. Ellos te regalaban un poster del equipo, firmado por todos y la gente les daba para firmar cosas de lo más variopintas...desde las tipicas camisetas, gorras o fotos, a mantas, mochilas y hasta una nevera tamaño familia numerosa. Muy fuerte.



N e I pidiendo un autógrafo a Radike Samo




- Un entrenamiento para los niños con los jugadores.

  Esto fue lo más alucinante. Pese a que había muchísimos niños de todas las edades, los dividieron por grupos y se lo pasaron fenomenal. Hicieron juegos y también les enseñaron truquillos de placajes y pases entre risas y un clima de mucha paciencia y diversión. N se estuvo pasando la pelota con el segundo capitán del equipo, Will Genia, que le felicitó y todo (como al resto claro, jajaja) y casi no duerme de la emoción. Empezamos a sentir de nuevo el rugby de cerca y nos encanta...lo echábamos tanto de menos.

N e I esperando su turno

Llevando el chirimbolo


Los jugadores saludando a G y J...observese la confianza de G en la quietud de su hermano
- Juegos para niños, con castillos hinchables, gymcanas, sorteos...

Los pollitos al ataque



- Y por supuesto un montón de tenderetes de comida, bebida y merchandaising.

Nos ha parecido una iniciativa estupenda. Que un gran equipo, como son Los Reds, dedique un día especial a sus seguidores, especialmente a los más pequeños dice mucho del espíritu deportivo que siempre impregna todo lo relacionado con el Rugby.

Aunque realmente yo, de lo que más soy fan es, de las madres "listillas".

Esto que os voy a contar es una gilipollez que en absoluto tiene nada que ver con lo anterior, pero como no iba a escribir un post entero sólo pa desahogarme, pues aquí que lo meto.

Al día siguiente de este bonito evento, era día de colegio. Normalmente cuando recojo a los niños, si hace buen tiempo nos solemos quedar un ratito jugando en el parque antes de irnos a casa.
Ese Lunes, N e I estaban jugando con varios compañeros de su clase. Cuando ya estábamos recogiendo para irnos se me acerca la mamá de uno de los amiguitos de N y me pregunta si N quiere irse con ellos a su casa a jugar un rato ya que a su hijo le hace mucha ilusión. A mi me pilla el ofrecimiento un poco descolocada pero ante los mil por favooooooores de N y en aras de su integración aussie accedo, a lo que la mamá en cuestión me contesta muy contenta (en inglés claro, pero traduzco)
" Que estoy yo pensando, que resulta que en mi casa está mi marido trabajando con el ordenador y claro van a hacer mucho ruido y quizá le molesten a si que sería mejor que te los llevases a los dos a tu casa, ¿No te importa?"
Nooooo mujer, que me va a importar........que como tengo yo poco pues otro pal bote....y ademas digo yo, si tu marido está en casa trabajando y no pueden ir, ¿Pues para que leches le invitas?
Ale, ya me ha colocao a su vástago así que resignada reuno a la tropa para irnos a casa cuando su hija la pequeña ( tres añitos) dice mummmmm con tono quejumbroso, a lo que ella muy viva contesta:
" Ainsss pobre, claro ella también quiere ir, pues le da mucha envidia , ¿No te importa llevartela también?"
Noooooooooooooooooooooooooooooo hoooooombreeeee, si yo era justo lo que estaba pensando, como hacer para tener 7 niños esta tarde en mi casa.

Confirmado: tengo cara de gilipollas y hasta en Australia se dan cuenta. De esta si que soy fan.