sábado, 8 de diciembre de 2012

De koalas y canguros

El Sábado pasado fuimos a Lone Pine Koala Sanctuary, una especie de zoo que hay muy cerca de casa. La atracción principal son los koalas y los canguros pero tienen algún animalillo autóctono más, aunque es un zoo pequeñito. Ya se que esto es como ir en Madrid a la puerta del sol a tomar las uvas, pero era una visita obligada para mis niños así que nos untamos de crema y sombrero en ristre, para allá que nos fuimos.

Entrada del Zoo

Está ubicado en una zona muy agradable en una de las riveras del río Brisbane. El parque en si, está pensado para estos calores y tiene una gran variedad de arboles y toldillos para que haya zonas de sombra y puedas pasear entre los animales sin perecer en el intento.
Los chicos con una avestruz

Tiene unas grandes extensiones de terreno en las que hay canguros en semilibertad y avestruces...puedes andar entre ellos y darles de comer. A J le encantó esta cercanía...tanto que hubo que agarrarle un par de veces para que soltase a algún pobre canguro que empezaba a estar agobiadete...a G por contra tanta cercanía le parecía innecesaria e insistía en que por la tele se les veía mucho mejor.


J alimentando un canguro y pensando en la siguiente que iba a liar


I y una cangurita

Por todo el zoo, por el suelo y entre plantas había un montón de lagartos y pequeños dragones, sueltos y correteando alegres a ver si pillaban algo de comer...yo reconozco que eso de que de repente te pase por los pies un caimancito pues la verdad...mucha gracia no me hacía, pero bueno los reptilillos en seguida se dieron cuenta que ibamos con un amiguito que se moría por pisarles el rabo y decidieron esquivarnos.

Vimos también uno de esos animales míticos y raritos de la leche. Un ornitorrinco. Más majo...se pego unos baños en su pecera y pudimos hacerle fotos pero no se le ve muy allá por que no se podía usar flash y el habitat estaba bastante a oscuras.



Tambien tenía wombats (ratas muy gordas o jabalis pequeños según se mire), un par de cocodrilos, serpientes y reptiles varios y un demonio de Tasmania.

Finalmente, el plato fuerte del sitio: los Koalas. 



Tienen muchisimos, jóvenes, madres con cachorritos, viejitos...son unas instalaciones muy bonitas donde les puedes ver bastante cerca dado también lo pacíficos y amigables que son.

Te dan una charla sobre sus costumbres, habitat y alimentación y existe la posibilidad de hacerse una foto con ellos. A mi en principio esto de andar fastidiando a un bichillo para hacerse la foto del turista no me hace mucha ilusión pero claro la tentación para los niños de abrazar un osito de peluche de estos era excesiva así que hubo que negociar con ellos quien cogía al koala y quienes se ponía alrededor. 

G rápidamente se eliminó de la ecuación, a J pensando en la seguridad del pobre bicho lo eliminamos nosotros, I se lo pensó mejor y decidió que igual en el último momento le daba cosilla y lo soltaba así que le tocó el honor a N.

Los cuidadores traen a un koala distinto cada vez de la zona de descanso, te sientan en una silla, te colocan correctamente y te ponen el animal encima y el sólo te agarra y se acurruca...la verdad son preciosos, suaves y mulliditos ¡La delicia de cualquier niño!. 

Allí se coloco nuestro equipo al completo...muy serios y formales...cada uno en su papel. N muy obediente ni respiraba por si molestaba al bichillo, I no paraba de sobarle, G estaba literalmente acojonada...encima la cuidadora muy solicita la acercaba a la cabeza del animal para que saliese bien en la foto y bueno su cara es un poema y J ¡ Ay J!...


La foto en cuestión no tiene desperdicio

Tras esta, que es la foto oficial, ya los niños devolvieron el koala y nos disponíamos a irnos cuando nuestro pequeño se enrrocó en la banqueta y dijo que de allí no se movía hasta que no abrazase al bicho...nosotros tironeamos de él sutilmente y le explicamos que ya no había más fotitos, que si no la broma nos iba a costar otros 15 pavos y que el koala era como él de grande... pero como bien sabéis J no negocia con terroristas así que optó por la técnica del manifestante francés de "no voy a soltar la silla ni muerto y si me obligáis, quemo el garito" así que la cuidadora, muy maja ella, entendió la situación y le encaramó un koala encima para que no tuviésemos que dormir allí. Gracias hermosa. A veces un poquito de empatía maternal viene taaaan bien.


Al final se salió con la suya

Como curiosidad os diré que las cuidadoras de los koalas tuvieron que extralimitar sus funciones y cuidar también de mis kanguritos porque los turistas chinos que pululaban por el lugar estaban obsesionados con hacerles fotos a mis niños en vez de a los bichos. Tócate la pandereta.



5 comentarios:

  1. Tus hijos son muy guapos, nena, y los chinos saben lo que se han perdido. Cuando has contado la última parte me he imaginado enrocado a Enzo, fíjate. Muacks.

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  2. Qué grandes son tus niños!!! y ya de paso ... YO QUIERO UN KOALAAAAAA!!!!!!

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    1. Justo asiii salieron ellos del parque Fina! :-)

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    2. jajajaja si yo voy al parque me llevo uno en una bando seguro!

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